Coincidencias Extrañas

Carmencita Olaya, me llamó para decirme que se iba pasar unos días en Máncora con su amiga Tati (nunca me agrado Tati, tiene nombre de can y las mismas costumbres cuando está en celo, que es casi todo el año), así que por ahora con una inusitada pena por no haberla visto de nuevo, recuerden que sigue siendo mi amiga, me deshice de planes juergueros y he retomado la vieja rutina del Gym, lo cual me hace falta porque me tranquiliza y me relaja.  Amelia no ha llamado y supongo que debe estar consolando a la ex-novia despechada en algún mall, reventando las tarjetas de crédito.

Me puse a limpiar los cajones desordenados de la casa y he encontrado recibos sin valor, envolturas de chocolate por doquier, Amelia es adicta a todos los tipos que se puedan imaginar y luego comprar. Pero también encontré un reloj de caballero, era un Bertolucci original, que precisamente no es mío, y lo primero que pensé es que sería algún regalo escondido para mí, olvidado de ser entregado  por alguna discusión tonta que nunca faltan entre ella y yo. Revisando el reloj vi que no era nuevo y aun conservaba  una fragancia que tampoco es mía. Sería de mi cuñado me pregunté, a el siempre le están obsequiando cosas y las para perdiendo con la misma facilidad y velocidad con que las usa. Eso debe ser. 

Así que ahora me fui por la mañana al Gimnasio de siempre  aprovechando que aún no expira mi membresía y de ahí a  almorzar con unos amigos, antes de llegar a la oficina. Seguiré esperando a ver que sorpresas me trae la semana.  Es sábado y solo quiero llegar a casa a adormecerme un poco en la tina y escuchar algo de Cold Play, aunque pueda ser que previamente haga una parada en Friday a tomarme un mojito.