Dulce Candy, te cuento...

 Dulce Candy

Hola como has estado, han transcurrido varios meses desde que partiste y no he tenido noticias tuyas, bueno yo tampoco te he escrito nada y la verdad es que el trabajo y los viajes me han tenido ciego y abstracto de algún momento de privacidad.  Mi querida Candy en realidad no hay mucho que contarte, solo que estando como loco entre el resto del mundo y Lima, hoy por fin me he sentado frente a la ventana en mi hotel de turno y he quedado en reunirme para la cena con unos socios de la compañía. 

Apenas he tomado un jugo de tomatillo y me ha dado pereza monumental, así que pienso meterme en la tina unas horas de burbujas y ebulliciones y quedarme dormido mientras se pueda. Pero he vuelto a soñar con ella, Candy nunca te lo había mencionado antes pero desde hace unos meses me persigue el recuerdo fatal de una persona que no llegaste a conocer y que jamas incluí en nuestras tardes de sol en casa de tus papis en Colán, ¿te acuerdas?. Por eso ya que me ha venido atormentado sin cesar, es tiempo de que se lo cuente a alguien y tu querida amiga seras la víctima de mi catarsis, pero se que no te importará demasiado y apelando a tu buen cariño y que de seguro leerás este mail al regresar de tus vacaciones en Barcelona te escribiré mientras me termino otro juguito en mi hotel de Guayaquil viendo pasear los yates de arriba abajo en el Guayas.

En Francia tu no puedes hablar en Inglés porque de inmediato sabrán que no eres europeo sino latino o peor aún, un americano abyecto de esos que nadie puede simpatizar fácilmente pero que toleran con estoicísmo.  Tal vez fue un error de mi parte o simplemente fue el  destino errático que retrasó el avión un día más y no me quedo de otra que irme a tomarme un trago a un bar en el barrio latino, cruzando el Sena, y sorpresa mía, era ella estuvo tan cerca de mí y la vi salir apenas descubrí ese perfume que me había vuelto loco unos años atrás. Mi corazón empezó la taquicardia sin cuartel y la presión  a congelarme la piel y los huesos. 

Una vez  en Lima, Fhiorela me llamó de madrugada y me dijo que quería verme de urgencia que tenía algo importante que decirme. Aún con sueño me puse lo primero que encontré, por poco y salgo con otra pijama, y conducí hasta la bajada Balta en Miraflores, allí estaba ella sentada, muerta de frío,  el viento queriéndose llevarla del cabello y ella aferrada a su pena dibujada por sus lágrimas. 

- Ven súbete- le dije.

Se puso una chaqueta que tenía en el asiento y se cubrió toda, no dijo una palabra y me la llevé a mi departamento. Le ofrecí un café, un mate, un anís, pero finalmente solo me acepto otro trago y algo más, eso siempre le gustaba para cuando se moría de pena, tomar un vaso de whisky y quedarse mirando el vacío inmutable mientras se perdía bajo los efectos del porrito, que tanto le gustaban. Yo la contemple en silencio también, ya me contarás pensé, y me quede amándola unas horas más.  

-Tengo algo que decirte- musitó.

- Ya me lo imaginaba, por algo me has pedido que te rescate o al menos eso ha parecido. Ella empezó a llorar y decirme palabras entre cortadas. 

Estoy enamorada, enamorada y necia. Bueno pensé que lo nuestro podría continuar Fhiorela yo tampoco te he dejado de querer. De ti no tonto, no estoy enamorada de tí. ¿De quien entonces?. Estoy enamorada de Emily. ¿Emily?, ¿te has  enamorado de una mujer?. Sí, y que te importa.

No, esta bién pero yo pensé que tu y  yo, tu sabes. Tu y yo terminamos hace tiempo. ¿Seís meses te parecen hace tiempo?. Mira yo me fuí a Buenos Aires a hacerme una vida nueva, me fuí por un contrato de trabajo muy bueno, soy una gran diseñadora. Y sobretodo muy modesta!. Cállate bruto. Me callo, me callo para no seguir siendo el bruto que aún te ama. No digas tonterías y abrázame. 

La abracé y siguió llorando. Me contó que había terminado con su novia bonaerense, que se llamaba Emily, que era preciosísima, que yo me hubiera enamorado de ella también, que se amaron desde que se habían visto, pero que le costó un mes aceptar que estaba loca por ella, descubrió su amor por las mujeres, bueno por ella en especial, tomándose muchas copitas de oporto, las dos solitas en su departamento en el barrio de San telmo, que se despertaron abrazadas desnudas y tibias y que desde entonces solo podían estar juntas, que salía del trabajo temprano y corría a buscarla, que se iban la cine juntas, que se tomaron cafés en todas las cafeterías de Puerto Madero y que vivirían para siempre juntas. Hasta que... Emily quiso que adoptasen un hijo. 

¿Un hijo?, ¿Para que?, osea me gustan los niños, si pudieramos hacernos uno, seríamos unas mamás felices, pero no es natural, no nos van adejar adoptar uno. Pero entonces sho podría hacerme embarazar, vámonos a una clínica, vámonos a escoger un tipo guapísimo de catálogo  y que nos done sus soldaditos. ¿Estás loca?, yo jamaz voy a querer que un tipo te toque. No tontita, nadie me va a tocar, me haría la inseminación artificial. No!, no, porque  eso significaría que necesitas de un tipo para ser feliz, ¿osea que yo no te puedo hacer feliz?, quieres que me haga crecer una pija?. Cálmate Fhio, mejor hablemos de otra cosa. 

Pero la maldita se desapareció al siguiente mes, y la encontré justo dejándome una carta en la puerta, y felizmente era una carta en vez de un e-mail, aunque no se si hizo bien. La metí  al departamento de los cabellos y conversamos.

Si ésto llegase acabar me muero en dos instantes, si tan solo pareciese acabar, porque no me miras a las ojos, directamente a éstos ojos, no me mientas  Emily, que sucede,  porque no me has llamado, porque has desaparecido, tengo dos semanas  y mi muerte se hace cada vez más lenta.

No empieces con esas cursilerias Fhiorela, tuve cosas que hacer eso es todo, Vos y sho sólo somos amigas. Pero Emy. Pero nada. No me vas a contar ¿que te sucede?. Emily se levantó del sofá miró la ventana y me dijo: "Es mejor que te vayas de Buenos Aires, regrésate a Lima, la verdad Fhío, vete antes que mis manos destrocen todo lo nuestro, estoy embarazada y no me preguntes más".

Y se largó. Se largó así de fácil, por eso te llamé, que voy a hacer,  lo deje todo en Argentina, mi trabajo, mis amigos, ¿debo tomar el odio como a un rival?. La odio pero la necesito. Y por lo que yo sé ella ya estaba embarazada cuando me habló de la idea de tener un hijo, por eso no me dejaba encender ningún cigarro, por eso andaba de mal humor y lloraba por todo, como no me dí cuenta, la muy canija me mintió, estuvo conmigo mientras volvía con su ex, se embarazó y me dejó como a una perra. 

Cálmate Fhiorela, que piensas hacer ahora?. No sé a lo mejor me vaya a Madrid, tengo unas ofertas por allá, nosé aún, de repente me quede por acá. ¿Y tú? en que andas  Jhony puto. Jajajaja solo tú me dices así. 

Hicimos el amor, yo se que ella estuvo pensado en su novia gaucha y yo fuí un maniquí descartable loco por su amor. Me usó y se fué. Hasta que la ví salirse del bar y la perseguí por unas horas, pero la policía me detuvo. Me había ido sin pagar la cuenta. Pero muy amablemente me soltaron en Francés, y no he dejado de pensar en ella desde entonces. ¿Que estará haciendo en París?, ¿se habrá olvidado de la argenta?, o estará persiguiéndola aún. Habrá encontrado a otra mujer o a otro hombre, me la encontrare otra vez?, si me voy a a pasear por el Támesis, la veré salir de otro bar?.

Candy ahora me siento mejor, pero mas nostálgico que nunca, le he puesto a la música y me quede enganchado con "Lucybell", el mundo es tan pequeño, y yo ya no se si deba seguir esperando la noche o lanzarme de la ventana y ver si puedo caer al río Guayas, a lo mejor me rescata un Yate, tripulado por Emily y le digo que yo amé mas a Fhiorela de lo que ella la pudo haber amado nunca. Pero que diablos, pediré otro jugo de tomatillo y a ver si me intoxico de frutilla y me quedo metido en la cama recordándola como cuando éramos felices antes de que se largara de mi vida.